La terapia Gestalt se encuadra dentro de las Terapias Humanistas. Nace en los años 50 y sus creadores Frederich Perls, Laura Perls y Paul Goodman que empiezan haciendo una revisión del psicoanálisis hasta que acaba convirtiéndose en la Terapia Gestalt.
La revolución que supone la Terapia Gestalt es el paso de un modelo individualista e intrapsíquico a un modelo de campo. Así el ser humano es considerado un ser único (con su parte corporal, mental y emocional) en relación constante y necesaria con su entorno. No existiendo ningún acto sin entorno, otorgando así la máxima importancia a la “experiencia” de la persona que solo puede existir en su presente inmediato. La Terapia Gestalt tiene en cuenta el pasado, como los recuerdos en el presente, y está orientada hacia el futuro inmediato.
En la Terapia Gestalt el trabajo nace del diálogo en la relación establecida entre el terapeuta y la persona que acude a terapia, en el aquí y ahora del momento presente, donde los problemas, atascos y sufrimiento se toman como una dificultad durante la sesión de terapia que son similares a los de su relación con el entorno cotidiano. Y va a ser “actualizando” la experiencia al hacerse consciente de la realidad presente como la persona puede recuperar o aprender nuevos recursos y alternativas que le ayuden a superar los obstáculos y dificultades en su vida diaria.
La terapia Gestalt ofrece a través del trabajo conjunto entre terapeuta y paciente, la vivencia auténtica de nuevas formas de relación con nosotros mismos y con nuestro entorno.